La única razón por la que Estados Unidos figuraba en la previa como uno de los equipos favoritos para llevarse la medalla de oro en el recién terminado Campeonato Mundial de Baloncesto, Turquía 2010, era porque pudiera tildarse de necedad el no aceptar que un equipo proveniente de ese país y compuesto en su totalidad por jugadores de la NBA tuviera siempre alguna posibilidad de ganarlo todo en cualquier evento.
Pero la realidad era que existían varias razones para pensar que este equipo podía prolongar la sequía de campeonatos en torneos mundiales para el país de las franjas y las estrellas, que ya llegaba a 16 años. Por un lado, era un grupo sumamente joven e inexperto; 6 de los 12 jugadores contaban con 22 años o menos y sólo 3 habían vestido la camiseta de Estados Unidos en una selección mayor previamente.
Por otro lado, el desinterés y las lesiones habían dejado a la escuadra sin un solo jugador de los que habían ganado la medalla de oro en la Olimpiadas del 2008 en Pekín, con una estatura promedio inferior a la de varios de los contendores que tendrían que derrotar para terminar primeros, con varios jugadores jugando fuera de su posición usual (Chauncey Billups como escolta, Lamar Odom y Kevin Love como centros, Russell Westbrook como alero) y con un solo pívot "bona fide" que ni siquiera jugaba como titular (Tyson Chandler).
En tono despectivo y para puntualizar que este grupo no contaba con las estrellas más conocidas (como Kobe Bryant, LeBron James, Dwyane Wade, Dwight Howard, Chris Paul y compañía), algunos cronistas estadounidenses le endilgaron el nombre de "Equipo B". Pero si este equipo fue capaz de dominar la oposición en Turquía (solo tuvieron un partido cerrado, contra Brasil, en la primera etapa) se debió a varios factores. Obviamente, la competencia diluida y el factor suerte en los cruces tuvieron que ver; algunos de los principales adversarios acusaron bajas que no pudieron ser subsanadas y los equipos más experimentados, que pudieron haberle plantado cara en los partidos a todo o nada (España, Grecia, Argentina y Brasil) se eliminaron antes de llegar a enfrentarlos.
Pero tú solo puedes derrotar a los equipos a los que te ponen en frente y eso este equipo norteamericano lo consiguió sin atenuantes. La defensiva asfixiante a cancha completa, la ofensiva libre, la capacidad atlética, la aceptación de roles, la versatilidad y el talento individual de un jugador que tuvo una actuación superlativa, fueron las armas utilizadas por este equipo para volver a reinar en un Mundial.
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